De los $60.000 millones que pierde mensualmente Air-e por robo de energía, el 30 por ciento, unos $18.000 millones, corresponde a los estratos 4, 5 y 6.

La empresa cuenta con 1.200.000 afiliados en los departamentos de Atlántico, Magdalena y La Guajira. En el último año la empresa encontró que 400.000 usuarios se encuentran en alguna situación anómala, con dolo y sin dolo.

En los primeros están los que planean el robo de  energía y en los segundos aquellos usuarios que tienen medidores que deben cambiarse y que, según Air-e no pagan la energía que consumen. Para la empresa de servicios, el 90 por ciento de estos 400.000 usuarios, unos 360 mil, están con dolo. 

De allí, en los estratos 1 y 2, se encuentran unos 350.000 usuarios en situación anómala. Sin embargo, en los estratos altos se concentra el 30 por ciento del robo de energía, en pesos y en kilovatios hora.  Son estratos altos que perfectamente tienen el poder adquisitivo para pagar el servicio que consumen. 

Son 25 millones de kilovatios hora al mes los que se pierden por robo de energía en estratos altos.

El Director de Control de Energía Air-e cuestionó que sean “estratos que perfectamente pueden pagar el servicio de energía eléctrica, pero que por voluntad propia, no lo hacen y adoptan este tipo de conducta ilícita que es la defraudación de energía”.

En la mayoría de los casos en estratos altos, los usuarios instalan sofisticados sistemas fraudulentos de robo del fluido eléctrico.

"Hablando de estos estratos altos,  incluyendo algunos sectores residenciales, normalmente son personas que se cuidan para cometer este delito. No son fraudes evidentes. No es el ganchito que sale de la red con el alambrito de otro color y que fácilmente puede ser notado, sino que adoptan tipos de fraudes que no son evidentes, como por ejemplo adulteración electrónica del medidor", dijo finalmente el Director de Control de Energía Air-e.